Esa película que te hizo llorar porque se parecía demasiado a tu vida. O ese capítulo de "Días felices" con el que te partiste de risa. O el café con leche en la casa de la abuela cuyo sabor no has vuelto a probar. Instantes fugaces y plenos que se cubren con la brea del tiempo, y que de improviso salen a flote para embriagarte, con un sonido, un aroma o un sabor. Ni qué decir de la música. Tres acordes de "Dreams come true girl" bastaron para abrir una compuerta en mi memoria, por la que desfilan historias secretas, personas sin nombre o sensaciones imborrables. Cass McCombs ha producido un clásico instantáneo, de esos que suenan siempre igual y siempre son geniales. Porque están siempre allí, como el amor de madre. Necesitaba un domingo tranquilo para decirlo.
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Portada del álbum "Catacombs"
Dreams Come True Girl.
Cass McCombs (acompañado por Karen Black).
Chicago, Estados Unidos.
Álbum: Catacombs, 2009.
Video: DominoRecords / Foto: MySpace.
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