lunes, noviembre 29, 2010

Freak tonight - Smashing Pumpkins en Lima


El señor Billy Corgan ha dejado unas cuantas cosas en claro durante su paso por Lima. Que cuando quiere tocar en serio, puede ser el mejor. Que si deja de ser antipático y se engancha con el público, es algo más que un buen showman. Que puede aguantar un espectáculo de rock-heavy-sicodelia por dos horas él solo. Que su mejor etapa ya pasó y que se entiende que el público le pida los temas viejos. Y que, pese a lo irregular, dio una noche memorable en el Estadio de San Marcos.

Hubo pocas sorpresas durante la noche del jueves 25. La más notoria fue el inicio, con la poderosa "Today", quizás la más convencional del Siamese Dream. Que sonase tal como uno la recordaba hace 17 años era una bandera de paz de Corgan hacia el público, luego de haber leído sobre tantos roces durante su gira por esta región. Era también un hilo de esperanza para quienes fueron (me incluyo) con la idea de que en esta parada tocase algo más de su etapa noventera. Lo que no ocurrió como, también, casi todos esperaban. Y fue tanta la emoción en el arranque que pocos notaron que entre este tema y "Ava Adore", Corgan nos ensartó uno de sus temas nuevos, la potente "Astral planes", sin que bajara la intensidad.

De entrada, y sin anestesia, el poder de "Today" (cocteaulab)

La que sí redujo el calor de la noche fue "A song for a son", casi desconocida en Lima y bastante extensa, poco soportable para gran parte del público que estaba conmigo en Campo B, pese a que fue cantada con gran solvencia por Corgan y a los guiños zepellianos. Habría que decirlo: escucharla en vivo fue estimulante, luego de la decepción inicial que este tema causó en mí el año pasado.
  
Notable interpretación de "A song for a son" (frajita)

Y vendría luego "Bullet with butterfly wings", uno de los puntos más intensos de la noche con el pelado llamando a la masa a gritar "despite all my range I'm still just a rat in a cage" y un arreglo apurado que encendió más al público. El pase a "Tarantula", con una impro de Moby Dick de Zepellin en medio, fue notable, aunque muchos sintieron la diferencia de estilos entre ambos temas y dejaron de saltar. Para ese momento, Mike Byrne se había asentado bien en la batería, con la potencia de sus veintipocos años encima y una energía que parecía salirse de las ataduras que Corgan  impone a sus parteners. El solo que le permitió hacer me pareció más una burla del pelado, o el anuncio de un despido inminente, que una exposición de sus condiciones.

Mike hace su show (TechnoBreakbeater) 

En otro lado del escenario, Nicole Fiorentino exhibía su espectacular naturaleza y era amada por las cámaras, mientras tocaba sobriamente el bajo, sin destacar, tal como el segunda guitarra Jeff Schroeder, el punto más bajo de la nueva formación. Siguieron en lista una sólida versión de "Eye" y luego, la notable entrega de Corgan en "United States", con su firma de guitarra sobre los parlantes de primera fila y los gritos de "revolution, revolution blues". Para algunos, fue una demostración de desesperación por parte de un músico viejo y frustrado. Para otros, un regalo para los ojos y los oídos.


Corgan responde al solo de Mike con la guitarra (ConciertosPeru)

Quienes pensaron en un concierto light, a estas alturas de la noche estaban arrepentidos. Ya estaba pagada la entrada, de lejos, sólo con ver el ánimo de Corgan, la silueta de Nicole y, en algo, la potencia de Mike, quien nunca me llegó a hacer olvidar a Chamberlain. Vendrían los chistes sobre el tráfico, un faltoso llamado a que algunas sean sus "mommies", en pleno Día de la No Violencia contra la Mujer. Y luego un bajón con la nueva y aburrida "Spangles", que fue seguida por "To Sheila", que pese a ser del Adore, álbum adorado por las jóvenes, no tuvo efecto en el público. Algún faltoso ya decía por la zona en la que estaba "mi plataaaa". Y no era de los que estaban esperando los temas viejos.

Y claro, con diez minutos que parecían años y tras un anuncio de Corgan de abandonar el escenario y subirse al avión (tal vez motivado por la frialdad que en ese momento se había apoderado del estadio), todo se vino abajo cuando empiezan a ser reconocibles los acordes de la joya de los Smashing, "Cherub rock", uno de los mejores temas de los noventas, arreglado para una compañía de músicos más acostumbrada al grunge que a la psicodelia, pero aún así, genial. Y la continuación con "Zero", como en toda la gira, era la inyección de ánimo definitiva.

Uno de los grande temas de los noventas "Cherub rock" (Cocteaulab)

Para qué mentir. La mitad de lo esperaba de este concierto era una "Cherub rock" decente. Como lo fue. Lo que no esperaba fue ver la reacción del público, que para ese momento sí se enganchó completamente con la banda y empezaba a dar muestras de vida. Luego de varios meses de conciertos echados a perder. No estuve adelante y, por primera vez en mucho tiempo, me arrepentí. El efecto de esos dos temas fue tal que incluso un lento como "Shame" fue acogido con devoción. "Love is good, love is kind..." fue otro de los momentos cumbre de la noche.

A esas alturas Corgan ya no podía ser antipático, así que sus bromas monses, como aquella con la camiseta peruana, también cayeron en gracia. Cuánto puede hacer por un espectáculo hacer las cosas en el momento indicado. Como lo fue cerrar la primera parte con "Freaks" y luego con "Tonight tonight", sólida pese a no contar con orquestación, uno de esos lujos que el pelado ya no se puede dar.


Aún sin orquestación, sonó bien "Tonight tonight" (frajita)

A continuación, el cierre con una versión karaoke de "Disarm", vergonzosa o fabulosa según la dirección del viento (a mí me gustó, nomás) y un demoledor final con "Heavy metal machine", lo mejor de la noche casi casi sin discusión, por el portentoso sonido pesado que lograron transmitir esta vez todos los miembros del cuarteto, el solo ácido de Corgan y la vibración del estadio. Nada qué hacer, un gran final.

Como resumen, es un deber decir que esperaba mucho menos de este concierto y que las expectativas fueron largamente superadas. Afortunadamente, Corgan nos pudo entregar un poco de esa magia que tantos adolescentes venerábamos en los noventas. Sí, es un genio, un freak desubicado que envejece de un modo insoportable, pero que cuando quiere puede hacer brotar agua de un público de piedra como el limeño. Fue una noche que tal vez ni él se la esperaba. Lo dejó plasmado en unas cuantas líneas que, aunque puedan parecer diplomáticas, permiten ver que él también lo disfrutó. Quienes estuvimos allí lo sabemos.

"Great show here tonight. Great crowd, epic night".

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Mira aquí el setlist de Smashing Pumpkins en Lima.

1 comentario:

Netomancia dijo...

Qué bueno don L! La posibilidad de ver a Corgan en vivo. Sana envidia.
Un abrazo!