martes, febrero 09, 2010
Cranberries en Lima - La diosa Dolores
Foto: RPP
Odio la Música cree en la descentralización. Por eso recibe con placer a una nueva cronista invitada, quien nos relata cómo vivió el intenso concierto de Cranberries en Lima, el 8 de febrero en el Estacionamiento Sur del Estadio Monumental.
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Por Pam Ravina
Dolores O’Riordan fue una diosa en el escenario. Cada nota recorría todo su cuerpo antes de salir por su garganta. No me canso de pensarlo: era un diosa de cuerpo pequeño, joroba, gran voz y corazón. Llevaba puesta un suéter negro, abierto, ligero y largo en los extremos y en su espalda, tenía dibujadas alas de color plata brillante. Parecía un ángel rebelde. Ella fue el concierto.
El recital comenzó 15 minutos más tarde de lo esperado. El lugar era bastante pequeño y en las afueras del Monumental la gente se desesperaba por conseguir una entrada. Las taquillas se habían agotado varios días antes y los revendedores lo sabían. Desde las 9 de la noche el público improvisaba aplausos colectivos y silbidos para que apaguen las luces. Hasta que de pronto todo empezó.
How, subida por Papi67 en Youtube
Tambores en el fondo, silbidos, el estacionamiento a tope (pero no a los lados). "Hello Lima, Peru!!! … How ever I should have known, (I should have known.) Never before, never again, You will ignore, I will pretend". El concierto comenzaba con "How" y la pequeña multitud se sacudía al ritmo de sus percusiones.
Mientras el resto de los músicos (Noel y Mike Hogan y Fergal Lawler) permanecían ecuánimes, Dolores dejó todo en el escenario desde la primera canción. "Muchas gracias, Lima Peru. I can’t believe I’m here. I can’t believe it. When I was a kid I read so much about this beautiful country, the history, the beauty, the spirituality… I’ve been having a great a great time , since the airport and I wanna thank you all for coming here tonight".
Linger, por aLe3287 en Youtube
Y nos agradeció cantando una de las baladas más populares de la banda, Linger. Su voz sonaba increíble. Tiene la capacidad de enternecerte y de llamar a tu furia. Dolores encandilaba al público, todos se rendían a sus pies. A pesar de que al sonidista le faltara cancha, pues los solos de Noel Hogan ni de Dolores O’Riordan fueron tan potentes como debían; a pesar de que las luces le reventaran en los rostros a los Cranberries y de que el auditorio se teleara en las canciones que no eran hits, Dolores fue el concierto.
El concierto no fue apotéosico, ni "Cranberries destruyó Lima". Fue, en cambio, sincero: un Noel Hogan que cada vez se emocionaba más (y sudaba bajo los reflectores mal calibrados), un Fergal Lawler que se quitó la camiseta cuando menos lo notamos de tanto percusión enérgica (sobre todo después de "Salvation"). Y, claro, una Dolores que nos hablaba de cómo chateaba con sus hijas por skype y que se sentó al filo del escenario a cantarnos "Ode to my family", como quién le cuenta historias a un grupo de niños.
Ode to my family, por Larr80 en Youtube
El concierto hizo reír, saltar, gritar, cantar, desafinar a la gente. Dolores no tenía reparos de hacer su goofy dancing, siempre siguiendo sus instintos rítmicos y cada vez que le apetecía. Sabía bien que todos enloqueceríamos con ella. El concierto terminó acelerando la emoción: "Salvation", "Promises", "Zombie", "Ridiculous Thoughts", "Dreams".
Zombie, por Larr80 en Youtube
Fue hermoso, aunque la hora y 45 minutos nos quedó corta. Todos queríamos seguir exprimiendo a los arándanos.
El setlist completo aquí.
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