Lacrimosa - El coloso estuvo en Lima

Lacrimosa abre con "Die Sehnsucht in Mir" (gracias a darkheaven 1408)

Hace años que no iba a misa. Tenía que ocurrir algo así para volver a sentir esa sensación de complicidad, esa culpa, ese remordimiento, esa tranquilidad. La ceremonia que ofreció Lacrimosa anoche, en el teatro de la UNI, fue una auténtica muestra de fe: una iglesia en la que todos creemos, con un sacerdote que solo dice la verdad. Una iglesia que mueve montañas de ruido. Una congregación extasiada y satisfecha, que ve la luz y se retira en paz.

Casi dos horas de música demoledora, dos retornos a escena y una de las parejas más intensamente sexuales que han pasado por suelo limeño es un resumen muy ajustado y algo torpe para todo lo que vimos. Porque hubo más. La sombra de la banda gótica por excelencia quedó grabada en las paredes del recinto a fuerza de poder guitarrero. La delicada brisa que brotó de la boca de Anne Nurmi nos refrescará por centurias. La fantasía de Tilo Wolff será una referencia imposible para quien se atreva a pararse nuevamente frente a un micrófono en esta capital.


Cartel de Lacrimosa en Lima, subido al portal de la banda desde el celular de uno de sus miembros

"Die Sehnsucht in Mir" abrió la noche con misterio. Tilo fuera del escenario y un recurso que no funciona como en otras ocasiones: el televisor no encendió. Pero esto fue solo un detalle. Las guitarras suenan brutales. Los arcanos que salen de los teclados reptan hacia las butacas. La voz, desde algún lugar por detrás de las cortinas, parece susurrar al oído desde cualquier punto de la sala. Hasta que aparece y el local explota. Lacrimosa ha incluido una nueva obra maestra a su repertorio con el single promocional de su nuevo disco.

Continúan dos temas fundamentales en la historia gótica: "Durch nacht und flut" y "Schakal". Todo se mueve como una maquinaria de reloj. Todo suena infernalmente perfecto, manejado con los dedos por el sacerdote alemán. El primero de estos clásicos logra conectar a la gente, rota por partes la barrera del idioma. Con el segundo, la intención de gritar aumenta. Pocos lo logran, otros, como yo, logramos la felicidad aporreando la cabeza.


Una parte de "Durch nacht und flut", subida por FraterAter

Anne flota mientras canta "A prayer for your heart". Es casi una visión irreal su delicado movimiento, las formas que su cuerpo crea con las luces. Repetirá su romance ante un público rendido con "Not every paint hurts". Tilo crece como un coloso en la enérgica "Mandira Nabula" y entrega intepretaciones magistrales como "Lichtgestalt" (me quedo con esta maravillosa versión en toda la noche), "I lost my star in Krasnodar" y "Stolzes Herz".

"Ich bin der brennende komet" vuelve a dejarme sin aliento. La voz de Tilo sigue firme para sostener las partes extensas y el glorioso final. La bandera negra con el clown flamea una vez más.

La ceremonia no estaría completa sin los acólitos. El rubio primera guitarra y el segunda, de sonido metal, son auténticos titanes. Sin errores y sin esforzarse, hacen que pasear por los rincones oscuros del alma parezca algo natural. La batería estuvo al nivel, así como los teclados de Anne e incluso la trompeta que lució Tilo en su primer reprise. Hasta la pequeña loca que subió al escenario y abrazó al maestro forma parte de esta escena mitológica. Burló el aro de fuego, entró al templo y recibió de recompensa un mensaje cifrado que no olvidará.


Concierto en Blackfied, el año pasado. Aún no encuentro fotos de Lima

Si tuviera que quedarme con tres conciertos que he visto en Lima estos serían Roger Waters, Lacrimosa y R.E.M., en ese orden. La entrega de la banda alemana (sí, ya sé, con base en Suiza) fue irrepetible. Aunque se trate del mismo setlist de toda su gira. Y aunque la mayor parte de temas del nuevo disco aún no despierten todo el entusiasmo del público.

Tres puntos finales: 1. Si los dos últimos discos de Lacrimosa ("Lichtgestalt" y "Sehnsucht") no me impresionaron, luego de escucharlos en vivo me tragaré esos pensamientos como una galleta. 2. El teatro de la UNI fue el escenario ideal para un concierto de este tipo. Por acústica, por disposición y por orden. Si criticamos a Post Under cuando la embarra, en esta ocasión es justo reconocer que tomaron la mejor decisión. 3. Sin querer, la Municipalidad de Lima creó un ambiente ideal en los alrededores del concierto. Una ciudad que parecía bombardeada por las pistas rotas, un escenario posnuclear donde Lacrimosa brilla invencible.