Con Cardenales y Catervas el buen año para las bandas peruanas está hecho. "Transmisor", con su mezcla de Los Secretos y Smashing Pumpkins ("Tonight tonight", en música y video) es casi casi un logro para el poco ambicioso pop local. Bien la concha para trabajar sobre melodías escuchadas antes y añadirles capas de melodías para darles textura. Bien el video, a media caña entre Ed Wood y El Principito.
Mejor aún la actitud de vecinos surquillanos que conservan (no sé si son surquillanos, me refiero a la onda). Eso sí, no bajen la guardia con el segundo single ni con los siguientes. "Covida" tiene algunos destellos a Pedrito Suárez Vértiz que a uno le remueven la cena. Y olvídense del look Foo Fighters. Ya no vende.
Transmisor. Catervas. Lima, Perú. Hoy más que ayer, 2008.
Algo curioso pasa en este pequeño país, Nueva Zelanda. Con una escena ochentera fabulosa y poco conocida, de pronto retorna a la escena con una camada de benditos loosers que en poco tiempo están rompiéndola. Hemos tenido en este blog a tres distinguidos invitados: So so modern (ganadores del Odio la música's Contest del 2007), The Phoenix Foundation, Onanon. Y ahora, Surf City.
Surf City EP
¿Solo guitarras sesenteras y noise 80´s? Puedes pensar así, cazador de hypes. Pero antes de eso, recomiendo una atenta escucha de The Bats y The Clean, dos bandas que se forjaron a principios de la década maravillosa en la tranquilidad de una lejanía oceánica. Surf City responde a ese desarrollo paralelo: rock de ultramar forjado en base a guitarrazos y psicodelia.
Records of a Flagpole Skater. Surf City. Dunedin, Nueva Zelanda. EP: Surf City, 2008.
¿Ya viste la última pela de Chris Nolan? Fácil que puede traer alguna canción de Laki Mera. Los escoceses navegan en el ambient como tú caminarías en pelotas por tu casa. Suenan relajados y seguros, aun cuando compiten en un terreno enrarecido como es hoy la electrónica, con tanto FTBeach y Coldplay en salsa (se lo merecen).
El debut de Laki Mera, "Clutter", fue asociado un año atrás con "In rainbows", de los Yorke boys, por el uso austero de instrumentos. Y bueno, algo de eso hay. Apenas el sintetizador de Andrea Gobbi, alguna guitarra que ingresa para hacer recordar a Depeche Mode, la voz de de Laura Donnelly y un sentido de la música clásica bastante marcado y apreciable. Nada del otro jueves, tampoco. Novika no me dejará mentir.
El nombre de la banda sí me produce curiosidad. ¿Será a propósito que tenga sentido en castellano? Se los preguntaré.
She's A Day Later. Laki Mera. Glasgow, Escocia. Álbum: Clutter, 2007.
Hace una semana, el nombre completo de WJ figuraba en su perfil de Myspace. Pero ha desaparecido y no me acuerdo cómo era... ¿William Joe?, ¿Wally Jack? Ahora solo sé de él que suele escribir sobre desarraigo, locura, caos y soledad. También que es amable para responder los mensajes. Sí, en general, y tomando en cuenta que no parece muy gregario, podría decir que lo conozco.
700 city invasion
Suena como una versión rejuvenecida de Eric Burdon. Voz de combate, directa, sin mariconadas. También a psicodelia y shoegaze, a Jesus & Mary Chain. Es un sonido difícil, como nadar en gelatina. Un Sr. Chinarro que gira desde una grabadora metida en la bañera.
Deep dark moon
Anoche dejé de escuchar su música para dormir y volver a oir con la mente despejada. Noto que las cosas han cambiado. Se sentía mejor antes, con cansancio y carga emocional. Empiezo a entender el efecto: WJ es un Kurtz que gobierna con cuchillos largos en los terrenos que los demás evitamos.
700 City Invasion. The Long Knives. Pittsbourgh, Estados Unidos. Single: 700 city invasion y Deep dark moon.
Sonar como Stooges a estas alturas ya es payasada. No pues, treinta años tarde es roche. Pero si le pones un poco de Bowie para matizar, puede que pases piola. Andrew Mangold y compañía están por allí. A medio camino entre el garage y Jean Genie. Por ratos les viene la locura y hacen recordar el soundtrack de "Phantom of paradise", pero la mayor parte del tiempo son predecibles. Y bastante.
A favor tienen la voz de Mangold, que a la distancia suena a Cornell o a Paul Banks. Ojo, digo a la distancia. También algunos temas como "Fortress", en el que se acercan más al sonido The Clash.
Para abreviar, si tuviera 30 y mi banda sonara así, no podría dormir tranquilo. Hoy tengo más de 30 y no tengo banda. Tampoco duermo tranquilo. Eso explica que algunos días escriba de mal humor.
Entre las cosas que me siguen dando miedo, o algún escalofrío en el lado más oculto de la médula, está la portada de "Plague mass" (1991), uno de los álbumes célebres de Diamanda. Es cierto, aún le temo a Diamanda. Temo que, cuando canta, empiece a girar el cuello en vivo, como Regan McNeil, o de su boca salga lentamente un ser extraño, una serpiente virtuosa, cuando estira al máximo sus cuerdas.
La Galás lanzó este año "Guilty guilty guilty", el álbum 17 de su carrera. Historias de desamor brutales, crímenes pasionales y horrenda decepción. Todas ellas retorcidas para encajar con el estilo, la voz y el piano de Diamanda. "Interlude time" camina como gato con los ojos encendidos en el inconsciente. "Down so low" se arrastra entre la piel y el hueso buscando tu último átomo de alma. Y "Heaven have mercy" transforma al jilguero (escuchar a Edith más abajo) en un cuervo estático a la espera de la hora decisiva.
Diamanda Galás es, como dice Johnny Depp interpretando a Hunter Thompson ("Miedo y asco en Las Vegas"), uno de los arquetipos de Dios.
Heaven Have Mercy. Diamanda Galás. San Francisco, Estados Unidos. Álbum: Guilty guilty guilty, 2008.
Están allí, aún sobre el escenario, porque ellos quieren. Y por ello siguen siendo el colectivo más auténtico sobre la tierra. The Residents llegan a su año 38 de existencia con un álbum y una gira kilométricos. "The bunny boy" son 19 temas (cifra nada rara en ellos) acerca de un personaje desquiciado vestido de conejo, con una historia visual paralela colgada en You tube.
"The bunny boy" es también el más reciente reto del grupo al mercado. Sin una identidad definida y sin un estilo musical masivo, son igual una celebridad que llena cualquier recinto en el que anuncien su presencia. Nadie podría decir que los entiende ni que disfruta de su música o de su puesta en escena. Solo están allí, porque son grandes y porque muchos amamos la diferencia.
The Black Behind. The Residents. San Francisco, Estados Unidos. Álbum: The bunny boy, 2008.
Desde "Mar otra vez" hasta "Editor de sueños" pasaron 22 años. Javier Corcobado ha mostrado en este tiempo todos sus registros y sus entrañas, desde el underground radical hasta el bolero místico. Inmune a los cuchillazos de la crítica y de la envidia, el más completo de los salvajes españoles sigue entregándose a pecho abierto en sus grabaciones.
Corcobado y los Chatarreros de Sangre y Cielo - Cicatrices (1991)
"Editor de sueños", publicado en el 2006, continúa por el camino abierto a partir de "Fotografiando el corazón". Letras herméticas pero no con el viejo tupperware, sino con una arista abierta para sentir el aroma. Golpes directos al plexo como el que nos acompaña ("Susurros"). Amargura y compasión, que a veces se confunden con el amor.
Corcobado avanza en patineta (porque a estas alturas la mayor parte del camino está hecha) hacia una extraña perfección como músico y letrista. Y me permite por fin usar una frase de Borges que me encanta: "Es curiosa la suerte del escritor. Al principio es barroco, vanidosamente barroco, y al cabo de los años puede lograr, si son favorables los astros, no la sencillez, que no es nada, sino la modesta y secreta complejidad".
Susurro. Javier Corcobado. Madrid, España. Álbum: Editor de sueños, 2006.
UN CLÁSIVO VOL.14 Les contaré una de mis historias favoritas de la música pop.
Dice la leyenda que Catherine Ringer, a principios de los noventas, fue invitada junto con el extraordinario (y aún vivo para entonces) Serge Gainsbourgh al talk show parisino Zenith, del Canal +. El animador Michel Denisot quería ponerlos frente a frente para aclarar los comentarios previos del cantante, en los que trataba con la punta del zapato a la dichosa señorita.
No hizo falta demasiado para armar el show. Gainsbourgh sin mirar a la Ringer le dijo: "no eres más que una pequeña perra". Ella, que boca nunca le ha faltado, le replicó: "Mírate, no eres más que un viejo sucio y acabado". Y como si no fuera suficiente la humillación anterior, Gainsbourgh retrucó: "¿no te basta con lo que has ganado mostrando el culo?".
En realidad, Gainsbourgh no tenía ninguna autoridad moral para criticar a Ringer. Si alguien tuvo una vida escandalosa y licenciosa fue precisamente aquel sujeto que pasará a la historia por cantar a gemidos "Je t'aime (moi non plus)". Pero digamos que Catherine tuvo que quedarse con la espina.
De Serge no habría que decir demasiado para presentarlo. Pero, ¿quién era esa señorita Ringer que provocó una reacción tan desmedida?
Si uno busca en el archivo de IMDB, encontrará bajo el nombre Catherine Ringer una docena de películas, en las cuales actúa o participa de la banda sonora con su nombre original o con el apelativo Lolita da Nova. Si uno busca un poquito más, hallará el nombre de nuestra amiga asociado a títulos como "Deep throats and young girls", "Histoires de cul", "Le choc des stars" y "Poker partouze pour Maria". Huelga decir que dichas cintas contenían mucha actividad sexual, a chorros. Catherine Ringer era, a inicios de los ochentas, una actriz porno.
Pero también hallaremos que Catherine Ringer asociada a "Les Rita Mitsouko". Y he allí donde empieza la otra historia. ¿Qué era Les Rita Mitsouko, ese misterioso nombre en plural? Aunque la historia oficial del grupo habla de otro origen para el nombre, Rita Mitsouko sería uno de los apelativos que usó Catherine Ringer durante su etapa porno. "Les" (los) Rita Mitsouko fue adoptado en 1979 por la entonces joven pareja conformada por Ringer y el estilista Frederick Chichin, mas el bajista Jean Neplin.
Según la web oficial del grupo, el nombre tiene que ver con la fascinación de ambos por la música latina y la palabra "misterio" en japonés (mitsouko).
Iniciaron en Perís una carrera insólita, que apeló inicialmente a la chanson francaise, el apego por lo post-punk en Chichin y la vocación a la música clásica de la Ringer. Esto, unido a los antecedentes artísticos de la familia, Catherine hija de un pintor y Frederick, colaborador de una revista de cine dirigida por su padre.
Catherine aparte de actriz hacía teatro de Brecht, tenía registro de soprano y llevaba un "divorcio" a cuestas a sus 23.
El debut del trío se daría en 1982, gracias al sello Virgin (¡¡las ironías de la vida!!). Graban el sencillo Minuit Dansant, que todavía conserva señales de música disco, y en 1984 su primer disco: "Les Rita Mitsouko", que recogió los singles iniciales más el primer megaéxito del trío: "Marcia Baila".
En 1986, aparece "The No Comprendo". Dos idiomas distintos para un álbum tan ecléctico como el título. Como tercer surco, uno de los himnos disco de los 80. "C'est comme ca'" (o "Es así") fue radiada hasta el hartazgo en el año del lanzamiento de The No Comprendo (1986). Es junto con "Someone to love" lo más enérgico del álbum. Fred puede finalmente aplicar con toda libertad el latigazo de la guitarra e improvisar solos, mientras su pareja canta con igual facilidad entre los tonos bajos y altos. El ritmo frenético es una invitación al baile imposible de rechazar.
No solo sería un sacudón a la música pop francesa, sino que también marcó época en el videoclip. "C'est comme ca" aparecía como adelantado en épocas donde todos se desvivían por lucir espaciales. Maniquíes eléctricos con alta carga erótica, mientras The Flock of Seagulls se disfrazaban de marcianos plateados y hacían el ridículo.
"The No Comprendo" convirtió a Les Rita Mitsouko en una banda masiva. Pero el cambio de estilo en "Marc & Robert" (1988) los eclipsó para la escena comercial. Desde entonces, sus apariciones en radio son casi imposibles, salvo por el éxito de "La femme trombone" del 2002 y la aparición de Catherine como vocalista de peliculas, por ejemplo en "Slaves of New York" o la serie "Nosferatu".
En las últimas elecciones francesas, los artistas sorprendieron con su apoyo a Nicolás Sarkozy. Fred murió en noviembre del 2007, de cáncer. Pero su imagen quedará en aquel recuerdo extraño de un videoclip sin precedentes.
C'est Comme Ça. Les Rita Mitsouko. París, Francia. Álbum: The No Comprendo, 1986.
En algún momento de su vida, de haberse prolongado, a Ian Curtis se le hubiera ocurrido este tema. Quizás cuando daba de comer al perro o cuando miraba el paisaje mientras se rascaba el tobillo. Algún momento insignificante, a los 50, gordo y con fama de leyenda que no supo morir a tiempo.
Son de Brooklyn, que en este momento suena a ofensa federal (Rupert Pupkin lo hubiera dicho de seguir existiendo). Son una banda más de dark-shoegaze. Pero son buenos, también, aunque lo que hayan demostrado hasta el momento sea solo un amor carroñero por Jesus & Mary Chain, Dylan, Curtis, Comsat Angel, The Cure y otros peces gordos.
Brad Hargett es el poseedor de esa voz propicia para cantar números de bingo y JB Townsend toca esa guitarra, tan perdida entre garage y pospunk como un pirata en Bolivia. Podría parecer que no me gustan, pero no. Son de mis favoritos del año.
Converging In The Quiet. Crystal Stilts. Brooklyn, Estados Unidos. Álbum: Alight of night, 2008.
Richard Ashcroft ha vuelto para tomar las riendas definitivas de The Verve en "Forth". El notable video del segundo single del disco, "Rather be", es una declaración de principios: solo frente al mundo, proclamándose el creador de la vida y el viento, autosuficiente. Quienes recuerdan el portentoso video de "Bittersweet simphony" no lo negarán: Richard ha pasado de ser el ensimismado que se apoya en los suyos a ser el rebelde monotemático.
The Verve - Biterweet symphony (1997)
El sonido de la banda también evoluciona. Melodías de pop psicodélico mucho más maduras y con mejores ganchos, como "Judas" y "Valium skies", un recuerdo del sonido guitarrero de The Church en "Columbo" y el homenaje a papá Tom Verlaine en "Noise epic". The Verve se convierte en uno de los retornos del año con este disco. Parece que por fin, dentro de ese millón de personas distintas que es, Ashcroft ha logrado encontrar un alma.
Rather be. The Verve. Manchester, Inglaterra. Forth, 2008.
Acostumbrados como estamos a las malas noticias, esta semana ha sido poco habitual. Rómulo en la cárcel, nos bajan el precio de la gasolina y tuvimos un grupo de conciertos que quedarán en la historia.
Lo que hizo R.E.M. en Lima es impagable. Casi dos horas manteniéndonos al borde de las lágrimas. Geniales en la interpretación, casi perfectos en lo técnico (salvo por el poco volumen incial), generosos en la selección de temas. Más de 30.000 personas se lo agradecemos de corazón.
Stipe no tiene un rasguño en su voz. Y es uno de los mejores showman que ha llegado a esta ciudad. Sin los disfuerzos de ponerse camisetas ni repetir "chicha" o "pisco es perrruano". Pero con naturalidad para acercarse al público y harta imaginación para calentar a la gente con frases colocadas en la pantalla (a ver, a quién no le conmovió, como mínimo el "REM loves Peru").
Stipe con la bandera peruana / Foto de David Belisle
En el concierto estuvieron casi todas las que queríamos escuchar. Varias de ellas, tocadas a la perfección. "What's the frecuency Kenneth" marcó el inicio del derroche. Aunque no es de mis favoritas en la versión de estudio, escucharla en vivo es otra cosa. Pura potencia y velocidad.
La llegada de "Drive" fue apoteósica. Coreada a gritos por la gente (aunque se decía cualquier cosa, ¡pero no importa carajo!) retumbó en cada rincón del Nacional. Abrazos, rostros extáticos, alaridos... un momento para grabarlo en piedra y hacerlo eterno.
Luego vendría un momento maravilloso: Michael pide a la gente que encienda sus celulares, a falta de encendedores, para tocar uno de los mejores temas de la historia: "Electrolite". Escucharla en vivo, de esa manera, con la persona a quien más quieres junto a ti, es demasiado.
El éxtasis continúa con "It's the end of the world as we now it", con el pogo ya armado y los empujones, de los buenos, a la orden. Luego, otro momento para gritar con "Everybody hurts". Y otra remecida con "Imitation of life". Y otra con "Orange crush". Así estuvimos, señores, de un lado para otro, como en una licuadora.
Y el retorno con "Losing my religion" y "Man on the moon" (el mismo cierre de Buenos Aires) electrocutó a los, a esas alturas, aún desconectados. No hay dudas, fue uno de los mejores espectáculos que se han presentado en Lima, un sueño para muchos del cual aún no despiertan. Haber pedido más sería gula.
¿Y EL CUY? Para quienes se pregunten el porqué del título del post, pues ocurre que horas antes del concierto la banda estuvo en el Señorío de Sulco, a la hora del almuerzo para ser precisos, y armó otro despelote. Pese a la insistencia de algunos pesados que no dejan a la gente comer tranquila, los dos Mike no tuvieron problemas para empujarse sus cuyes chactados, acompañados con chicha de jora. Para qué más.
Aunque siempre hable de "nosotros", Ozone Baby es una sola persona. Y no cualquier persona. Primera muestra de buen gusto: tomar como nickname un tema de Led Zepellin. Segunda: tener como disco favorito "Forever changes", de Love.
Ozone Baby es el proyecto personal de Amanda Thompson, ex vocalista de los excelentes Comet Home. A diferencia de estos, en OB Amanda suena menos arriesgada pero más convencida, a la hora de repasar a sus favoritos Zepellin, Neil Young, Kraftwerk, R.E.M., Til' Tuesday y el omnipresente Arthur Lee. Cinco singles en su site de Myspace nos convencen de la sinceridad de su propuesta y de un futuro que debe ser generoso.
Green Hour. Ozone Baby. Brighton, Inglaterra. Single: Green hour, 2008.
La espectacular Elena Fossi, una buenísima excusa para bucear en Myspace, inició en el 2006 una aventura particular, separada de los clásicos Kirlian Camera. Ideó una banda solo de chicas llamada Spectra Paris, que se moviera entre el dark ochentero (Human League, Bauhaus), el technopop (Kraftwerk) y el new romantic (Visage). Aunque solo la presencia de Elena garantizaba un contundente resultado, "Dead models society" rebasa los límites. Dark-glam con toques de erotismo, una historia de Milo Manara hecha realidad. Incluye un cover muy decente del clásico "Mad world", de Tears for Fears. A ella, claro está, no perderla de vista.
Size Zero. Spectra Paris. Parma, Italia. Álbum: Dead Model Society
Clare Muldaur Manchon cautivó a todos los snobs de Nueva York en el 2007 con un álbum ciertamente brillante. "The movie" imitaba fragmentos de temas clásicos del cine y los unía con una guirnalda de jazz y folk en sorprendentes melodías que parecían estar listas para rescatar los momentos más aburridos del "Smile" (con el perdón de los fanáticos de Brian Wilson). Este año electoral, la señorita se pasó de divertida e hizo pública su preferencia con una interpretación sui generis del clásico "Somewhere over the rainbow", que cantara hace 70 años Judy Garland. "Obama (over the rainbow)" es ahora un pedido oficial en sus conciertos y algunos hasta preguntan en qué album está. La respuesta es: ninguno, aunque el éxito ha sido tanto que el mp3 está ahora disponible, libremente, en frogstandrecods. Le toca, mínimo, un ministerio.
Obama (over the rainbow). Clare and the reasons. Nueva York, Estados Unidos. Single: Obama (over the rainbow), 2008.
Un buen tema pop debería sonar como una corriente de aire que te llega saliendo del autobús. Y el pop sueco nos ha acostumbrado a eso. Bocanadas que, aunque repetitivas, te dejan una sensación de frescura tipo Halls. El noruego Dylan Mondegreen forma parte de ese soplido nórdico. Una acústica limpia, un saxo silvestre y una voz casi desfalleciente, para relatos bucólicos, con influencias de Field Mice, Wannadies y hasta Steely Dan. "While I walk you home" fue una joya escondida del 2007, y su continuación llegará el próximo año. Por lo pronto, avances de "Appetizer" aparecen en su website. Hora de subir al autobús.
Girl In Grass. Dylan Mondegreen. Eide, Noruega. Álbum: While I walk you home.
Ya es no posible dejar de oler en cada hoja de una revista británica aroma de hype. La falta de una banda dominante dentro del dominante rock británico -y el ocaso creativo de las noventeras- ha permitido la aparición de pequeños amagos de esperanza que son endiosados de manera inmediata.. y gratuita. Como esta, la última revelación de New Musical Express. Salvajes como The Jam y con el ritmo de The Kinks, el trío Twisted Wheel encabezado por Jonny X, ha logrado en algunos meses medio millón de visitas en Myspace y alguno de los mp3 más bajados de las islas. Punk rock nada despreciable, incluso poderoso, pero sin nada en particular. Dígalo usted, mister Marc.
Lucy The Castle. Twisted Wheel. Manchester, Inglaterra. Single: Lucy the castle / 2008.
Y Marc lo dice así:
The Jam - All around the world (1978) Tag: [leggiere]
La magia que en algún momento brotó de Felt aún nos acompaña con sus más fervientes seguidores. The Clientele retoma ese sabor de mañanas tibias y perfumes que hieren los recuerdos, esos recuerdos primigenios que son comunes a todos aunque nunca hayan existido. Este año lanzan "That night, a forest grew", su cuarto EP, tan pop guitarrero como su último álbum "God save The Clientele", en la senda de Tom Verlaine y Aztec Camera. Bastará con afirmar que "Retiro park" es uno de los mejores temas del año y que "That night, a forest grew", con sus sabor a Jesus & Mary Chain, hará que veas la luz. Mientras alguien se anima a subir estos cortes, dejo este hermoso tema incluido en la película "The lake house" (2005).
I Can't Seem To Make You Mine. The Clientele. Londres, Inglaterra. Álbum: Strange geometry / 2005.
Y aquí, uno de los mejores singles de todos los tiempos.
¿Cómo presentar a Brian? ¿Cómo un Beck tímido o como un Lou Reed impulsivo? ¿O de alguna otra manera? Helo aquí, con Anxiety Twins, una de sus aventuras en el pop melódico, cargado de semillas artificiales para ponerte (como él dice) "sobre el éter". Pero también aquí, en Rubin´s Friend, caminando entre Slowdive y U2:
Sin mencionar Circa 84 y UnLOVED Bikes, formados una vez más por la combinación mágica Brian, Doc y Howie. Demasiado fértil para tener un solo nombre, Brian lleva su entusiasmo por un camino inusual: cada cuatro canciones forma una nueva banda. Como un Pessoa retro, en busca de un historiador que lo reúna. Lo reconfortante para quien intente tal proeza será un puñado de gloriosos temas que no podrá olvidar.
Ocurre con las personas que luego serán tus mejores amigos: los primeros contactos son nada agradables, pero luego se olvidan. Pasa lo mismo con Duran Duran. De ser un poco impresentables en los ochentas (tanta banda grande había) han llegado a su tercera década convertidos, ya es imposible negarlo, en clásicos. Y el conciertazo de anoche fue señal inequívoca. Lo insólito fue comprobar que la voz de Simón El Bueno sigue intacta, al punto que en algunos pasajes parecía playback (hecho negado con estornudos y participación del público). Lo mejor de la noche fue el retorno, a partir de Girls on Film. La entrega de la banda tras un misterioso pero efectivo paso tras bastidores fue monumental y justificó la entrada, los tragos y la lateada desde el óvalo. Así es, los Duranes han entrado, siempre tarde, al reino de los cielos.
Hungry Like The Wolf. Duran Duran. Concierto en Lima, 4 de noviembre. Estadio Monumental.
Esta se extrañó. O por lo menos no llegué a escucharla.
Algunas cosas solo las cura el tiempo. Como el sarampión, o como el desamor. "Rougeole" (sarampión en francés) es el reciente álbum de la banda catalana, que explora en aquella sensación de inmovilidad que solo puede darnos lo extremadamente bello o lo insoportablemente doloroso. Menos 'franceses' que en sus anteriores trabajos (recuerden la bellísima "A Hélene", por la que los conocimos) pero más ambiciosos, Suzette (solo queda ella del LTBE original) y su nueva compañía dan un paso más hacia la perfección.
Sahara Les Tres Bien Ensemble. Barcelona, España. Álbum: Rougeole, 2008.
