viernes, noviembre 26, 2010

Crónica de no un domingo cualquiera - Arcade Fire en Barcelona


De las leyendas musicales vigentes, a una hay que ver sí o sí en la vida. Arcade Fire se presentó en Barcelona, en el Palau Sant Jordi, el 21 de noviembre y nuestra colaboradora y peruana favorita, Maricarmen, estuvo allí para ser testigo de lo que estos muchachos son capaces de hacer sobre un escenario.

Por Maricarmen Chirinos

Domingo 21 de noviembre de 2010. Es la primera vez que veo a cerca de 10,000 catalanes moviéndose al unísono: Règine Chassagne cantando “Haití” mientras bailotea con un traje dorado sobre el escenario acaba de enamorar a todos los presentes en el Palau Sant Jordi de Barcelona. Mi cuerpo y las desquiciantes ganas de mis amigos de tumbar la baranda que separa las graderías de la pista, lo confirman. Los canadienses de Arcade Fire y ese sonido épico mezcla de barroco, folk y postpunk que ha rendido a dioses como David Bowie por fin están aquí. Sus dos baterías (¿cómo diablos se hace para mantener el ritmo con dos baterías?), violines,  tambores, panderetas y teclados han sido largamente esperados en España desde su participación en el desaparecido festival Summercase en 2007.


Demoledor inicio con "Ready to start"

El concierto arranca con “Ready to Start”, de The Suburbs, ultimo álbum de la banda, seguido de “Neighborhood #2 (Laika)”, del imprescindible Funeral, disco en el que cada canción es una obra de arte en sí misma. Cuando engancharon con “No cars go”, mítica canción editada por primera vez en un casi desconocido y muy casero EP de 2003, las gargantas no pararon de corear. Tres canciones y no existe acorde que deje indiferente al más mínimo de nuestros pelos: estamos ante la genialidad y la pasión hechas música. ¿Qué se puede esperar de una banda que con sólo tres discos tiene un repertorio que les permitiría retirarse como grupo de culto?

"No cars go", ¡miren lo que fue eso! (NUR3111)

Con "Sprawl II (Mountains Beyond Mountains)", la banda liderada por el matrimonio de Win Butler y Règine Chassagne, y conformada por músicos que viajan con una fluidez alucinante por el acordeón, el bajo, los teclados o la percussion, dejó claro que es lo mejor que le ha pasado a la música independiente en los últimos diez años.  Tras esa primera catarsis llegaron “Rococo”, “The Suburbs” y “The Suburbs (continued)" acompañados de un festival de proyecciones que incluyó el video dirigido por Spike Jonze. Aunque impresionante, para quienes nos rendimos ante la poesía interactiva de Black Mirror y el genial The Wilderness Downtown, los vídeos con imágenes superpuestas que viajaban del  concierto a diversos mundos oníricos (los que evoca cada canción), no superaron todas las expectativas.

Genial "Rococo" frente a un público histerizado (basumtm)

Nuestros pechos tuvieron unos minutos de calma cuando Win se puso al piano y, en uno de los momentos más íntimos del concierto, tocó un “Crown of Love” que rozó el acústico. Luego llegó “Modern Man” seguido del inconfundible sonido de órgano y campanas que abren “Intervention”, la cual –cuatro testigos no me dejarán mentir- estuvo a punto de arrancarme lágrimas. Siguió “We used to wait” con un Butler inmenso que agradeció varias veces al público en castellano y anunció que tocarían el ultimo tema. Entonces el Sant Jordi estalló.


La perfección de "We use to wait" (XaviShMusic2010)

En un momento apoteósico cuya intensidad aún pone la piel de gallina a los que estuvimos ahí, "Neighborhood #3 (Power Out)", "Rebelion (Lies)", "Month Of May" y "Neighborhood #1 (Tunnels)" se sucedieron enlazadas de forma magistral por un William Butler que nos mantuvo en trance entre sintetizadores  y su furioso aporreo del tambor, y el pelirrojo Richard Reed incendiando la guitarra en cada rasgueo. Una brutal explosión de imágenes, luces y sonido nos llevó de la euforia colectiva al orgasmo musical.


Pico de intensidad: "Power out/Rebelion" y el orgasmo (bmb46)

La última nunca es la última, así sean cuatro canciones. Luego de una larga ovación, los Arcade Fire volvieron al escenario para despedirse con la potente  "Keep The Car Running" y dejarse la piel  con "Wake Up", canción hecha himno que hizo entrar en éxtasis al Palau Sant Jordi y acabó por sumergir en un sueño cómplice hasta al poro más insensible. En las miradas y en los coros que siguieron resonando varios minutos después de finalizado el concierto quedó la certeza de haber compartido el placer indescriptible de un concierto para atesorar en la memoria.

Para todo lo demás, sobran las palabras.


Himno para una noche: "Wake up" (audioslave182)

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Setlist de Arcade Fire en Barcelona

4 comentarios:

Netomancia dijo...

Genial crónica. Sin dudas, una de las mejores bandas de la actualidad, me encantan!

Unknown dijo...

El último video es hermoso. La conexión que logran con el público es tan intensa. ¿Los podremos ver pronto? :')

L.

Anónimo dijo...

Siento disentir, pero la crónica es penosa. Parece escrita por un niño de 12 años, además de que hay un montón de valoraciones subjetivas (no sabemos por qué Funeral es imprescindible, ni por qué se le otorga el status 'de culto' a AF) y algunos errores de bulto ('al más mínimo de nuestros pelos').
Eso sí, en Rolling Stone seguro que la ficharían. Para hacer reseñas de conciertos de The Killers, por ejemplo (el cantante es muy mono, seguro que a la autora le encanta).

Anónimo dijo...

Esto me hizo recordar el pasado 16 de octubre cuando vinieron a guadalajara....si bien su concierto no fue tan espectacular como ver a black eyed peas por citar un ejemplo donde es mas show que musica; ellos dan todo en el escenario y eso es lo mejor, ademas que la musica la sienten y eso lo transmiten a su publico... de verdad espero su regreso...saludos!