miércoles, abril 27, 2011

Perder las últimas resistencias - Crónica de Southpop Sevilla 2011


Es difícil convencerla de escribir, a pesar de lo bien que lo hace. Hasta que una mañana nos envió esta colaboración voluntariamente. Meses después de haberla envidiado a morir por Antonio Luque en concierto, Soy la Muchacha reporta desde Sevilla lo que ocurrió en el Southpop 2011, con bandas que suenan tan bien que hasta da ganas de echarse en el piso. Mi envidia no tiene nombre.

Por: Soy la Muchacha

Llego cinco minutos tarde y pienso que no importa, que en España no son puntuales, pero no. Mientras mi entrada es cambiada por un brazalete dorado escucho a Dënver tocar "Mi primer oro", el primer tema de  Música, gramática, gimnasia. Corro hacia el interior y entre la oscuridad observo a Milton, delgadísimo y frágil, y Mariana, más guapa que en fotos y etérea. Me acerco lo más que puedo al escenario y dejo a mis pies moverse, por un momento dejo de pensar y contrastarlos con las ideas que había formado, están ahí frente a mí, talentosos y vivos, tocando como si no hubiera mañana o como si en el mañana ellos fueran los únicos sobrevivientes.

Al inicio el público me decepcionó, sólo éramos cuatro gatos los que bailábamos, los que vibrábamos, los demás veían el concierto y se quedaban de pie en medio de la oscuridad del teatro. Pero, luego, cuando tocaron Olas Gigantes y todos empezaron a bailar, después Litoral central todo fue fiesta y algo mejor. Resumen: cuarenta y dos minutos de éxtasis inesperado.


Hubo un descanso de más de veinte minutos que sirvió para comprar una cerveza y salir fuera del teatro a fumar (gracias a una ley que prohíbe fumar en lugares cerrados) y luego seguimos con Ellos. Tengo que confesar que yo fui ya cuando me tenían en su bolsillo y no tuvieron que hacer mucho para derretirme completamente, los conocí el año pasado, al llegar a España y su último disco Cardiopatía severa, se coló entre mis favoritos del año y se convirtió en un mantra para esos días de adaptarse a una nueva ciudad, un nuevo país, una nueva vida. Eso sí, Guille Mostaza me sorprendió: guapo, entregado y showman. Se comió el escenario y se relamió. Tocaron canciones del nuevo disco y de los anteriores, como "Diferentes", "Campeón" y una canción que no les conocía: "He vuelto", que me desarmó la última resistencia.


En el descanso entre estas actuaciones me encontré con Dënver, y aunque no supe de qué hablarles me acerqué, me sentí completamente groupie, pero valió la pena.  Igual con la banda de Ellos, aunque los “famosos” de Guille y Santi, como la banda misma los llamó, se me escaparon.

22:00
Mercedes Audras subió al escenario armada de una guitarra y su voz que madura. Para mí fue un descubrimiento, la escuché sentada en las gradas del teatro, mientras descansaba de tanto salto y tanto grito. Lástima que estuviéramos pocos pero propició un concierto íntimo.

Luego, los chicos de Manel, ofrecieron un concierto impecable que demuestra por qué han sido número uno en ventas. Pensé que iban a generar más resistencia porque Sevilla suele ser una ciudad bastante tradicional y ellos cantan en catalán, pero fueron los que más fans atrajeron que no solo coreaban todas las canciones sino que les gritaban en catalán. Además, contaron historias, presentaron canciones y se metieron al resto del público al bolsillo. Hicieron saltar con su "Al mar" y dejaron uno de los mejores momentos de la noche. A diferencia de Ellos no mostraban más pretensiones que tocar y pasar un buen rato, armados con eso hicieron vibrar a todos. Oír para creer, desde esa noche Manel se mantiene intocable en mi altar personal.


Para cerrar el concierto La bien querida y su timidez insospechada. Si bien me gustan mucho varias de sus canciones se desluce en vivo, le falta energía y no se entregan. El sonido está lleno de interferencias y casi no mantiene contacto con el público. Sin embargo, David, el guitarrista, en las últimas canciones ganó en rock y en punk dando un cierre de concierto intenso al lanzar su guitarra al suelo.

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